lunes, 9 de diciembre de 2013

A vida o muerte


Se durmió soñando que él también podía volar. En el sueño sobrevolaba primero por los valles cercanos, estudiándolos. Luego iba más lejos, aprovechando las corrientes de aire, sin esfuerzo alguno. Los demás lo habían hecho, parecía fácil, había que dejarse caer y todo sucedería con naturalidad. Debía reunir el valor necesario. A la mañana siguiente, se aproximó al borde del nido, saltó y su vida cambió para siempre. 

Fernando Bolea Barluenga