martes, 11 de diciembre de 2012

Viaje en coche



Al atardecer, viajando en coche, en ese periodo de tiempo en el que el viaje empieza a saturarte. En ese momento plomizo, en el que la conversación se hace espesa, ya está todo contado. Voy de acompañante, mi pareja conduce. Tantas horas haciéndolo seguidas y pese al cansancio parece que se divierte con el guiado del coche, no necesita hablar. Yo me aburro. Comienzo a hacer fotos desde el coche, a cualquier cosa, con todos los modos de fotografía posibles. Algunas me salen genial, otras son un borrón. Creo que esta la enmarcaré o por lo menos la pondré de fondo de mi ordenador… o mejor, irá al Facebook para que todos la vean. Lo haré al llegar al hotel.. ¡Espera! Estoy haciendo la foto con el móvil, ¡puedo publicarlas ahora mismo! A ver si hay cobertura… 

Fernando Bolea Barluenga

domingo, 9 de diciembre de 2012

Sobreviviendo




Lo que tengo que hacer para vivir. Posicionarme en plena calle Alfonso, vestirme de Alien, aguantar a la gente, que no me echan casi nada de dinero… y encima cuando aparece algún friki tengo que hacerle una gracieta. En fin, a ver si pasan estas fiestas del Pilar de Zaragoza, que son las últimas del año y puedo dejar la gira callejera por España. Espero que vuelvan a contratarme en la bolsa de Sanidad de Madrid, de administrativo, que es lo mío, con calefacción o aire acondicionado y sentado… Si no sale, iré a Paris, en esa ciudad la gente es más comprensiva con el arte callejero, pero cuando pase un poco el invierno, que allí hace mucho frío…


Fernando Bolea Barluenga

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Superación





Hice esta foto el año pasado, cuando subí a Peña Guara. En el momento que la hice estaba muy cansado y no pude apreciar su belleza. Estaba preocupado, pensaba que no iba a poder finalizar la excursión por mis propios medios tras diez horas de andada. Mis compañeros de excursión, con su decisiva ayuda solidaria y sus ánimos en todo momento, fueron fundamentales para que yo llegara a la línea de meta. 

Por mi parte, desafié mis límites físicos y mentales y los vencí. Llegué el último de quince personas, pero cada vez que oigo hablar de este monte o lo veo desde lejos, recuerdo que puedo superarme en cualquier circunstancia y me emociono al recordar que aún quedan aspectos de la vida donde sigue siendo válido el compañerismo y la solidaridad entre personas. 

domingo, 2 de diciembre de 2012

Recreo




En este momento soy un elefante feliz. La ausencia de pelo en mi piel y su delicadeza necesita un poco de balneario de vez en cuando para librarme de esos bichejos. Menos mal que tras la larga andada, la manada encontró la cascada y pude agenciarme este rinconcito. Tengo que recordar que soy un elefante, estoy adoptando una posición casi humana en esta ducha, debí serlo en una vida anterior… pero ahora puedo echar agua por la trompa y disfrutar.


02.12.12                                                                                                   Fernando Bolea Barluenga