sábado, 23 de noviembre de 2013

La mejor medicina





Papá, ¿tú no tienes frío? No, pero tú abrígate aunque sudes. Jorge había cogido un gran catarro a sus cinco años de edad, y era el primero en que podía expresar bien sus sensaciones. Su cara, preocupaba a toda la familia, tenía mucha fiebre y si no mejoraba, habría que ir a urgencias. Entró la abuela con un caldo y salió el padre, y un momento después su hermana fue a verle, pero Jorge no mejoró hasta que lo arropó su madre y dulcemente le cantó aquella nana tranquilizadora que siempre funcionaba.