jueves, 23 de agosto de 2012

Informática


Espere, espere, guardando su configuración, reiniciando...
tiempo perdido mientras el ordenador trabaja.
Frustración, desasosiego, impotencia.
Todo el conocimiento actual en soporte inmaterial.
Abandono del papel, abandono de lo físico por un soporte pensado para el ahora.
¿Dónde estará nuestro conocimiento dentro de 10, 100, 1000 años?
¿Cuánto se perderá?
¿Cuál será nuestro legado?


Fernando Bolea Barluenga

El encuentro


Noche estrellada de verano. El fuego está listo. Todo preparado. Alrededor de la hoguera, ternasco a la brasa y buen vino, amigos y familia. La costillada en Aragón, rito ancestral, gregario, invariable en el tiempo. Vuelta a los orígenes, conexión con nuestros antepasados.

Fernando Bolea Barluenga

Secuestrados


Las armas preparadas. Tensa espera. Pronto vendrán por el valle. El baluarte resistirá una vez más. Deseo que pronto acabe el sitio.

Fernando Bolea Barluenga

El deber



El fuego estaba por todas partes. La salida era imposible. Tenía que hacerlo, la niña debía vivir.

Fernando Bolea Barluenga

Novata


Aquel gato negro era el testigo. Su primer conjuro había sido un éxito. Nadie dudaría más de su valía…

Fernando Bolea Barluenga

Perseguida


Estaba segura de que nadie la había visto. Debía ocultarse rápidamente. La sinrazón seguía de cerca sus pasos. Su delito, el pensamiento propio y racional.
Fernando Bolea Barluenga

Amenaza

Crack! Crack! El huevo de dragón se resquebrajó. La suerte estaba echada…


Fernando Bolea Barluenga

Microrrelatos: La Playa

La Playa

Cuando llegó a la playa se quedó parado. Anualmente, necesitaba ver el mar para relajarse. Al ver la plataforma petrolífera en el horizonte supo que este año iba a ser imposible...


Fernando Bolea Barluenga

jueves, 16 de agosto de 2012

Algo de arte…


Unas letras para comentar las exposiciones de arte que más me han impactado este verano. Últimamente, con la crisis existente, visito estos espacios más a menudo, son de los pocos espacios donde queda algo de tranquilidad, es una actividad que puede hacerse de manera económica, y me permiten desarrollar la imaginación aprendiendo nuevos puntos de vista y perspectivas sobre las cosas. Aunque las exposiciones son muy distintas entre sí, y confieso no ser un gran conocedor del mundo del arte en general, quiero recomendarlas por las sensaciones que me produjeron al recorrerlas.

David Hockney

Una de las sensaciones más agradables de las vacaciones en Euskadi fue la visita al Museo Guggenheim.  Aunque todo el museo es muy recomendable, si te gusta el arte más contemporáneo, en esta ocasión la exposición central era sobre David Hockney. Este pintor británico de paisajes, sobretodo de Yorkshire, sorprende por la facilidad de sus trazados, y por los puntos de vista originales sobre los que enfoca cada paisaje. Además, es muy interesante comprobar su evolución artística, desde el óleo al vídeo, pasando por la utilización del Ipad, todas con un mismo criterio y genialidad artística.


Los Grabados de Goya

El Museo de Bellas Artes de Bilbao tiene en propiedad al colección de grabados de Goya, forman parte de los fondos del museo y la exponen con regularidad. Nuestra visita coincidió con uno de estos periodos, por lo que pudimos ver la colección casi completa. El mejor día de visita es el miércoles, pues es gratis. Aunque la entrada a Guggenheim y Bellas Artes se suele vender combinada incrementandose el precio un poco.

Como aragonés, observar los grabados produce sentimientos muy fuertes. El primero de orgullo y admiración por nuestro genial paisano, pues en cada escena observada en estos grabados se ve un tema para reflexionar. Los cuatro temas -La Tauromaquia, Caprichos, Desastres de la Guerra y Disparates- impresionan fuertemente. Parece increíble que en esa época Goya pintara lo que quería, haciendo caso omiso de la cultura de la época. La admiración sobre los grabados aumenta al conocer la técnica necesaria para hacerlos, muy laboriosa y de dificultad, que se explica en un video de la exposición.

Por último, al salir del museo como aragonés te inunda una sensación de impotencia y de rabia contenida, al no disponer de este patrimonio en nuestra tierra. Tanto dinero gastado por las instituciones aragonesas y nadie invierte bien en nuestra cultura. ¿Por qué Zaragoza con un legado cultural muy importante no tiene ningún museo de referencia? ¿No merecía la pena hacer un esfuerzo en estos grabados, cuya exposición justifica la existencia de un museo?

Puede admitirse que estuvieran en Madrid, Goya fue un pintor nacional, pero no puede admitirse que no se luche por lo nuestro. En Euskadi no hubieran dejado que el legado de su pintor más importante estuviera fuera de su territorio. Supongo que debían tener un alto valor, al que no pudo llegarse en Aragón. Lo dicho, impotencia.



Antonio de Felipe

Algo muy recomendable en Zaragoza es el Centro de Historias. Un museo algo desconocido para el público general, pero que cuenta con exposiciones interesantes. De entre las que recoge actualmente, tenemos la de Antonio de Felipe, que es un pintor valenciano vanguardista, que proviene del mundo de la publicidad, y se nota mucho. Es el autor de las famosas vacas que se han expuesto den diferentes ciudades europeas. 

Su obra gusta bastante, pues se basa en personajes u obras conocidas, dándoles un toque humorístico. Aquí hay dos exposiciones, una dedicada al mundo del cine y otra al del deporte. Está inmerso en la cultura pop, de la que toma todas sus referencias, con su musa Audrey Hepburn. Las obras están muy bien hechas, a veces crees que es infografía o cartel, y casi todas transmiten algo. Se ve rápidamente y de forma agradable. Es gratuita. Para un domingo cultural light.

http://www.zaragoza.es/ciudad/museos/es/chistoria/detalle_Agenda?id=82663


                                                                          Fernando Bolea Barluenga    
                                                                                                                  

martes, 14 de agosto de 2012

Saturación deportiva


Terminados los juegos, acabo con la sensación de saturación deportiva, con un hartazgo increíble de deporte. El verano es una época que nos permite relajarnos y desconectar. Este año, ha sido imposible debido al estrés que nos ha generado el seguimiento –que no la práctica- del deporte. No ha habido otros temas de interés verdadero en nuestro verano, y para más inri, se ha hablado de las competiciones de una forma poco deportiva, donde sólo valía ganar.

En mayo, el final de la Liga de fútbol fue vergonzoso. Los equipos que se jugaban el descenso, lo vivieron con un dramatismo inusitado. Para algunos de ellos, primera división es supervivencia y segunda es desaparición, como el Zaragoza. Por ello, se dieron algunas declaraciones en los medios que fomentaban el odio entre ciudades españolas, como lo que ocurrió con las sospechas de amaño de partidos, la rivalidad madridista y culé, tertulianos en programas deportivos entre broncas, comentarios en webs y periódicos con cargas racistas, de desprecio, intolerantes, etc. Verdaderamente lamentable. 

Todo ello, llevó a un final de liga entre broncas, con disturbios y violencia en algunas ciudades. Estos niveles de violencia no se han dado en ninguna de las manifestaciones realizadas por temas mucho más importantes. ¿Qué tiene el fútbol para que pase eso? ¿Nadie se da cuenta que no merece la pena? ¿Cuando entenderemos que de lo que hagan 22 jugadores no depende el éxito de una sociedad? 

Después, entre junio y julio, los que nos fuimos pronto de vacaciones, tuvimos que aguantar el estrés del europeo de fútbol. La victoria de nuestra selección se daba ya por descontada, y cuando se iban torciendo algunas cosas, se exageró la nota a unos límites exagerados. En el deporte, y más en el fútbol donde hay gran cantidad de errores o imprevistos que cambian el resultado por azar, no siempre ganan los favoritos ni los mejores. Por eso, el mensaje subliminal que transmitían los medios de comunicación sobre los resultados de la selección, era un mensaje dañino y estresante para la sociedad. También el éxito de la selección fue exagerado, pareciendo que por ganar al fútbol –o fúrbol como dicen algunos- somos mejores que los ciudadanos de otros países.



Los que se han ido en agosto han tenido tres semanas de Juegos Olímpicos, durante los que el espectador ha redescubierto otros deportes, que se han visto de otra forma, más relajada, a pesar de estar cargados de competitividad y de esfuerzo por parte de los deportistas. Estos deportes no tienen la trascendencia que tiene el fútbol para la sociedad. Se ha visto como un extra, donde España participaba en varias modalidades. Ni siquiera el fracaso del fútbol olímpico ha tenido gran repercusión, pues fue pronto y aún estábamos con la resaca del europeo. 

Por otra parte, algunos éxitos de nuestra expedición se han destacado con un exceso de orgullo patriotero, como el de baloncesto o la natación, sin pararnos a analizar, que en realidad hemos sido un país mediocre en número de medallas y en la calidad de éstas. No se puede tener éxito en deportes en los que no se invierte ni tienen seguimiento de los espectadores. Deberíamos reflexionar sobre eso.

Para los que se van a partir de la semana que viene tienen ya el comienzo de nuestra liga de fútbol, y por supuesto, la Supercopa, que este año disputarán Madrid y Barcelona. Aunque serán sólo dos partidos, a los medios de comunicación les servirá para bombardearnos con información deportiva durante semanas. Después comenzará la Vuelta, la liga de básquet, los mundiales de motos y coches, y el resto de ligas… Vendrá la crisis de septiembre sin practicar deporte sano, con exceso de información deportiva… y sin habernos relajado.


Fernando Bolea Barluenga