jueves, 16 de agosto de 2012

Algo de arte…


Unas letras para comentar las exposiciones de arte que más me han impactado este verano. Últimamente, con la crisis existente, visito estos espacios más a menudo, son de los pocos espacios donde queda algo de tranquilidad, es una actividad que puede hacerse de manera económica, y me permiten desarrollar la imaginación aprendiendo nuevos puntos de vista y perspectivas sobre las cosas. Aunque las exposiciones son muy distintas entre sí, y confieso no ser un gran conocedor del mundo del arte en general, quiero recomendarlas por las sensaciones que me produjeron al recorrerlas.

David Hockney

Una de las sensaciones más agradables de las vacaciones en Euskadi fue la visita al Museo Guggenheim.  Aunque todo el museo es muy recomendable, si te gusta el arte más contemporáneo, en esta ocasión la exposición central era sobre David Hockney. Este pintor británico de paisajes, sobretodo de Yorkshire, sorprende por la facilidad de sus trazados, y por los puntos de vista originales sobre los que enfoca cada paisaje. Además, es muy interesante comprobar su evolución artística, desde el óleo al vídeo, pasando por la utilización del Ipad, todas con un mismo criterio y genialidad artística.


Los Grabados de Goya

El Museo de Bellas Artes de Bilbao tiene en propiedad al colección de grabados de Goya, forman parte de los fondos del museo y la exponen con regularidad. Nuestra visita coincidió con uno de estos periodos, por lo que pudimos ver la colección casi completa. El mejor día de visita es el miércoles, pues es gratis. Aunque la entrada a Guggenheim y Bellas Artes se suele vender combinada incrementandose el precio un poco.

Como aragonés, observar los grabados produce sentimientos muy fuertes. El primero de orgullo y admiración por nuestro genial paisano, pues en cada escena observada en estos grabados se ve un tema para reflexionar. Los cuatro temas -La Tauromaquia, Caprichos, Desastres de la Guerra y Disparates- impresionan fuertemente. Parece increíble que en esa época Goya pintara lo que quería, haciendo caso omiso de la cultura de la época. La admiración sobre los grabados aumenta al conocer la técnica necesaria para hacerlos, muy laboriosa y de dificultad, que se explica en un video de la exposición.

Por último, al salir del museo como aragonés te inunda una sensación de impotencia y de rabia contenida, al no disponer de este patrimonio en nuestra tierra. Tanto dinero gastado por las instituciones aragonesas y nadie invierte bien en nuestra cultura. ¿Por qué Zaragoza con un legado cultural muy importante no tiene ningún museo de referencia? ¿No merecía la pena hacer un esfuerzo en estos grabados, cuya exposición justifica la existencia de un museo?

Puede admitirse que estuvieran en Madrid, Goya fue un pintor nacional, pero no puede admitirse que no se luche por lo nuestro. En Euskadi no hubieran dejado que el legado de su pintor más importante estuviera fuera de su territorio. Supongo que debían tener un alto valor, al que no pudo llegarse en Aragón. Lo dicho, impotencia.



Antonio de Felipe

Algo muy recomendable en Zaragoza es el Centro de Historias. Un museo algo desconocido para el público general, pero que cuenta con exposiciones interesantes. De entre las que recoge actualmente, tenemos la de Antonio de Felipe, que es un pintor valenciano vanguardista, que proviene del mundo de la publicidad, y se nota mucho. Es el autor de las famosas vacas que se han expuesto den diferentes ciudades europeas. 

Su obra gusta bastante, pues se basa en personajes u obras conocidas, dándoles un toque humorístico. Aquí hay dos exposiciones, una dedicada al mundo del cine y otra al del deporte. Está inmerso en la cultura pop, de la que toma todas sus referencias, con su musa Audrey Hepburn. Las obras están muy bien hechas, a veces crees que es infografía o cartel, y casi todas transmiten algo. Se ve rápidamente y de forma agradable. Es gratuita. Para un domingo cultural light.

http://www.zaragoza.es/ciudad/museos/es/chistoria/detalle_Agenda?id=82663


                                                                          Fernando Bolea Barluenga