
Hice esta foto el año pasado, cuando subí a Peña Guara. En el momento
que la hice estaba muy cansado y no pude apreciar su belleza. Estaba
preocupado, pensaba que no iba a poder finalizar la excursión por mis propios
medios tras diez horas de andada. Mis compañeros de excursión, con su decisiva
ayuda solidaria y sus ánimos en todo momento, fueron fundamentales para que yo
llegara a la línea de meta.
Por mi parte, desafié mis límites físicos y
mentales y los vencí. Llegué el último de quince personas, pero cada vez que
oigo hablar de este monte o lo veo desde lejos, recuerdo que puedo superarme en
cualquier circunstancia y me emociono al recordar que aún quedan aspectos de la
vida donde sigue siendo válido el compañerismo y la solidaridad entre personas.