En este momento soy un elefante feliz. La ausencia de pelo
en mi piel y su delicadeza necesita un poco de balneario de vez en cuando para
librarme de esos bichejos. Menos mal que tras la larga andada, la manada
encontró la cascada y pude agenciarme este rinconcito. Tengo que recordar que
soy un elefante, estoy adoptando una posición casi humana en esta ducha, debí
serlo en una vida anterior… pero ahora puedo echar agua por la trompa y
disfrutar.