Antes de que vuelva papá… oyó decir a sus hijos justo antes
de cerrar la puerta del piso. Imaginaba que su mujer y los críos iban a montar
con gran ilusión la tradicional sorpresa que cada año le preparaban por
estas fechas. Entre todos decorarían un roscón hecho en casa, y a su vuelta lo degustarían mientras abrían los últimos regalos de esas navidades. Él siempre se mostraba boquiabierto y su cara de sorpresa era
parte de la fiesta de los niños. Este año le iba a costar mucho estar alegre cuando
volviera a casa. Si los Reyes Magos no habían podido evitarlo, con toda seguridad su contrato en la empresa sería rescindido ese
mismo mes.
Fernando Bolea Barluenga